CUÉNTASELO A OTRA.
Autora: Isabel Keats.
Editorial: Esencia
Género: romántica.
Tomo: autoconclusivo.
Nº de páginas: 304
Sinopsis oficial: Destrozada tras descubrir que su marido y novio desde la infancia le es infiel, Inés Santaolalla se divorcia y decide darle un giro de ciento ochenta grados a su vida. Mientras su hermana y su madre piensan que está trabajando en una sucursal de su banco en Nueva York, ella, como su admirada heroína de la novela de Muriel Barbery, acepta el empleo de portera en un inmueble de la calle Lagasca en Madrid, una espeie de universo paralelo poblado de seres a cuál más extravagantes.
Inés está convencida de que aquella oscura portería, además de ser un lugar inmejorable donde lamerse las heridas que aún supuran de su matrimonio, será el escenario perfecto para terminar la novela que lleva varios años escribiendo.Sin embargo, con lo que Inés no cuenta es con el propietario del 6º derecha, un atractivo doctor que hará todo lo que esté en su mano para que ella vuelva a confiar en los hombres y el amor.
MI RESEÑA: (CUIDADO, PUEDE CONTENER SPOILERS): Tercer libro que leo de la autora Isabel Keats, y debo decir que a la tercera va la vencida, porque si Algo mas que vecinos y Un bonsái en la Toscana me gustaron pero los consideraba simples e incluso algo sosos, con Cuéntaselo a otra me ha gustado mucho y me he reído bastante, sin peros.
La historia es de lo mas surrealista y rocambolesca, sencilla y light, romántica y divertida, y precisamente por la trama tan surrealista me ha conquistado, y es que a veces no apetece leer tochos como Juego de Tronos por ejemplo, sino algo sencillito que nos haga pasar unas horas agradables y echar unas carcajadas sin mas pretensiones.
La protagonista es Inés Santaolalla, una mujer de treinta y tantos años que se divorcia del marido porque este le ha sido infiel, y teniéndolo todo porque ella disfruta de una vida acomodada y de una posición económica elevada gracias su trabajo de broker en un importante banco, decide abandonarlo todo temporalmente y cambiar de vida radicalmente, y para ello consigue un puesto de portera en un edificio de la calle Lagasca de Madrid, ella piensa que oculta en ese edificio podrá empezar de cero, sanar sus heridas sentimentales y terminar un libro que lleva tiempo escribiendo pero que por sus obligaciones no le dedicaba el tiempo que ella quería.
Evidentemente como no quiere llegar a ser reconocida por nadie ella sola se monta una película tremenda, de ser Inés Santaolalla, guapa, elegante, con estilo y exitosa en la vida, pasa a ser la señora Santos, una portera chismosa, antipática, huraña y fría, y para terminar de representar a la perfección ese papel no duda en disfrazarse de tal manera que poco menos se convierte en Betty la fea, ella piensa que asi pasará totalmente desapercibida y que los vecinos del edificio donde trabaja no le darán el coñazo.
Pero no cuenta con que a pesar de su disfraz horrendo y esperpéntico y su falsa manera de ser, conocerá a personajes entrañables, carismáticos y extravagantes del edificio, gente muy peculiar pero buena que se colarán en su corazón y le harán derribar sus defensas y mostrarse tal y como es Inés de verdad, incluso conocerá al vecino del sexto derecha que le hará tilín aunque ella intente evitar volver a sentir nada por un hombre.
Ese vecino es Enrique Echevarría, un médico cuarentón, muy muy atractivo, viudo y con una hija adolescente, un hombre tranquilo, agradable y de trato fácil pero que está tan volcado en su profesión y en su hija que hace tiempo que se olvidó también del amor.
Inés y Enrique son dos personas que cada uno a su manera han sufrido, dos corazones heridos y solitarios que se engañan a si mismos creyendo que no necesitan el amor, y aunque al principio Enrique siente desagrado ante esa hosca y huraña mujer, a la vez también siente intriga y fascinación porque en el fondo y sin saber por qué, él siente que la portera es mucho mas de lo que en realidad aparenta ser, y es que el destino ha hecho que sus vidas se crucen por algo, y quizás puedan volver a confiar en el amor juntos.
Después de haber leído hasta el momento mi reseña, entenderéis porque al principio digo que la historia es algo surrealista, porque aunque te divorcies a raíz de un engaño de la persona con la que has compartido muchos años de tu vida y no quieras saber nada de nadie durante un tiempo, eso no significa que tengas que huir de tu vida, aunque bueno hasta ahí puedo entender que a raíz de ese engaño se quiera y se necesite dejar todo atrás y empezar de cero, lo que no entiendo tanto es el inventarse una nueva identidad y y el escoger un trabajo que para nada tiene que ver con el estilo de vida y trabajo que llevaba hasta el momento, además el disfrazarse y todo para que nadie te reconozca... y además ocultárselo todo a tu familia diciendo que vas a hacer una cosa cuando la realidad es muy distinta....en fin pero que sino pasara eso no habría historia claro, solo son unas observaciones mías.
A todo esto la historia es bonita y tierna por el amor que va surgiendo entre Inés y Enrique, pero me puede mas la parte divertida donde la falsa portera traba las amistades con algunos de sus vecinos, entre ellos Blanca, que es la hija adolescente de Enrique, rebelde pero de buen corazón, Sasha Montagut, una anciana ex-actriz y ex-vedete, muy excéntrica pero entrañable que vive en el pasado de cuando era muy famosa, y junto a estas dos se van incorporando algunos amigos de Inés y también su hermana pequeña, haciendo que un día a la semana el piso de la portería pase a ser el punto de reunión de un grupito de personas de edades muy diversas, cada una con su manera de ser y de ver la vida, muy diferentes entre si, pero que conectan muy bien y que se cuentan sus cosas y se dan consejos unos a otros, y que incluso se unen para desentrañar el misterio del señor Hurtado, un vecino del edificio que realiza actividades que parecen sospechosas y que Inés y su grupito se erigen como detectives para descubrir la verdad, evidentemente eso conlleva que a causa de sus conspiraciones e ideas alocadas se metan en unos líos del copón, muy gracioso la verdad.
Como veis hay de todo un poco en esta lectura tan ágil, chispeante y amena de leer, como sorprendente, surrealista y divertida, donde hay mucho humor, amor e incluso un poquito de suspense, en el cual sus protagonistas y sus co-protagonistas (digo esto porque no me parecen meros personajes secundarios, sino que son mucho mas que eso), me han hecho disfrutar enormemente porque cada uno con su forma de ser me han conquistado, y porque ese piso de la portería parecía una mezcla del club de los martes de Agatha Christie y el club de los viernes de Kate Jacobs que me maravilló y fascinó a partes iguales.
Cuéntaselo a otra es de esas lecturas agradables que te hacen sentirte como en casa, tranquila, plácida y reconfortada, y que eso te lo haga disfrutar un libro no tiene precio.
Hasta aquí mi reseña, espero que os haya gustado, y a las/los que no lo hayáis leído aún, espero animaros a hacerlo.